¡Andrés, el más querido entre los corazones verdolagas!


¡Ídolo: gracias por todas las alegrías!


Es indiscutible: tuvo el número 2 en la camiseta, pero siempre será el número 1 en los corazones verdolagas.  Pero más que hablar de fríos y meticulosos números, Andrés Escobar llegó a ser lo que es por la calidad de su fútbol, y por esa zurda llena de clase y talento que se reflejaba en su maravillosa condición humana.  Gran persona fuera de las canchas, y genial futbolista (sin dejar de ser gran persona) dentro del campo de juego; por algo fue llamado "El caballero del fútbol". 


¿Quién era Andrés en Atlético Nacional y en la Selección Colombia?
Para todos sus compañeros, Andrés era un referente de confianza, de seguridad, de saber que hay un tipo en tu zaga que sabe jugar al fútbol.  Pero más allá de sus grandes condiciones futbolísticas, Andrés era una persona confidente; aquel compañero que sabía escuchar a los demás y darles buenos consejos; un hombre con una conducta intachable porque sabía diferenciar las cosas buenas de las malas.

Andrés era una persona alegre aunque callada, menos festiva que algunos de sus compañeros pero integrado totalmente a los grupos exitosos de los que hacía parte.  En esos grupos, se ganó el respeto y el cariño de todos al mostrar siempre los valores que no sólo le describieron a lo largo de su carrera futbolística sino también en su vida: compromiso, humildad, disciplina, responsabilidad, esfuerzo, dedicación, respeto hacia los suyos y hacia los rivales, y un amor único hacia el fútbol.


Cómo olvidar...

24 de mayo de 1988: cabezazo inolvidable en el mítico y viejo Wembley.

Goles como éste son los que se recuerdan una y otra vez, pues la importancia del escenario y la calidad de la anotación parecen imponerlo, pero más allá de esos dos factores, hay que observar lo significativo del hecho (aun sabiendo que este choque contra Inglaterra fue un amistoso): un Andrés Escobar joven, de 21 años apenas, que empezaba a mostrar sus capacidades en la selección colombiana de mayores, se manifestaba de esta manera al mundillo futbolístico...


El gol que más grité de Andrés
¡Gracias Andrés!  Tu fabuloso gol fue un regalo adelantado a mi cumpleaños (10 de octubre).  Para empezar con la anécdota, el bello recuerdo nos lleva casi diecinueve años atrás, pues el partido tuvo lugar la noche del miércoles 9 de octubre de 1991.  El rival era el fuerte equipo de América, todavía dirigido por Gabriel Ochoa Uribe, y que estaba conformado por jugadores de la talla de Rincón, Lozano, De Ávila, el "Polilla" Da Silva y el que hoy es su director técnico, Jorge Bermúdez.

La rivalidad con este equipo era tremenda... ¡intensa!  Muy probablemente la más fuerte del país en ese momento, argumentado en sus duelos frecuentes por el título nacional y por su presencia fuerte en la Copa Libertadores.  Un verdadero clásico.

El partido terminó 2-2 y Andrés hizo el gol del empate 1-1 al minuto 28 del segundo tiempo, sobre la portería norte, con un cabezazo que se coló en todo el ángulo izquierdo del portero americano.  El gol para el 2-2 definitivo lo marcó Asprilla en el minuto 90.

En ese momento, en la noche previa a cumplir once años, un gol como estos es una de las cosas que uno pide para pasar el día de cumpleaños de la mejor manera.  El empate valeroso y valioso (por el gol del Tino al final) me permitió al día siguiente llegar al colegio y ponerme cabeza a cabeza frente a los comentarios picantes de mis compañeros, casi todos hinchas del equipo escarlata.  Obviamente, una derrota me hubiera convertido en el foco de burlas y señalamientos folclóricos/futbolísticos, al ser uno de los pocos hinchas verdolagas en ese curso, pero felizmente no ocurrió así ese día.

Y ésa es la historia del "gol que más grité de Andrés".  El enlace lleva a un video que es una recopilación de algunos goles del eterno 2 verdolaga, pero el gol de esta anécdota lo podrán ver en el minuto 2:50.  ¡Golazo!  ¡Gracias, ídolo, por tu gol que fue regalo adelantado de mi cumpleaños!



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