lunes, mayo 02, 2011

Cabezas calientes

Un juego accidentado que tuvo su punto más álgido sobre el final.¹


En un partido con un doloroso incidente sobre el final, Atlético Nacional empató 1-1 ante Real Cartagena, en la cancha del Polideportivo Sur de Envigado.  La noticia mas importante, sin embargo, se generó en el minuto 82, cuando el árbitro Ramiro Suárez dio por terminado el partido "por falta de garantías", debido a que una botella de vidrio, lanzada desde el costado noroccidental del escenario, golpeó en la cabeza del defensor "heroico", Rafael Pérez, situación que motivó la finalización abrupta del juego.  Terrible...

Un extraño malestar
"¡Ojo!, que no se tome al conjunto 'amurallado' como un cuadro de paso al que se va a golear y que los tres puntos son seguros."  Eso es lo que se había puesto en la entrada anterior, pensando en el partido que Nacional iba a sostener ante Real Cartagena, porque se sentía que había un aire de triunfalismo para este juego.  Sin embargo, aun con una nómina superior, con mejores jugadores por parte del "Verdolaga", cualquiera se preguntaría cómo podría el conjunto de Hubert Bodhert ganarle al de 'Sachi' Escobar.  Pero no había respuestas.

No obstante, la respuesta fue muy clara y se dio faltando ocho minutos para que terminara el cotejo: de la gradería general de Polideportivo Sur se lanzaron dos botellas de vidrio -al parecer, de aguardiente- y una de ellas impactó en la cabeza de Pérez, que quedó recostado en la grama y herido por este hecho, incluso con sangre, lo que ya revelaba la magnitud, no sólo del golpe sino de las consecuencias que se generaría de este hecho.

Así mismo, el juez central Suárez decidió, en primera instancia, suspender el juego por unos minutos esperando que se restableciera la "normalidad", pero al darse cuenta de la gravedad de la situación, y también, al dialogar con algunos de los entes organizativos y encargados de la seguridad, eligió señalar el término del encuentro al minuto 82.  Al mismo tiempo, Pérez era llevado en camilla a la ambulancia, y así, ser conducido a un hospital.

Mientras tanto, los jugadores de ambos equipos todavía estaban en el terreno de juego, esperando conocer cuál qué habían decidido los jueces, que habían salido del campo e ingresado a sus camerinos, todavía sin entregar una respuesta a los demás protagonistas.  Un poco más tarde, no obstante, uno de los encargados de la logística pudo hablar con el árbitro y salir a dar la noticia sobre este bochornoso hecho: no se jugaría más; el partido había finalizado.  A partir de ahí, con una inmediatez asombrosa, desde todos los medios se empezaría a elucubrar acerca de las posibles consecuencias disciplinarias por el incidente.

Flash·back pastuso
Fecha 15 del Finalización 2009.  El partido en la ciudad de Pasto, que estaba cubierto por un halo de tensión debido a los riesgos del descenso que agobiaba ambos equipos, enfrentaba al Pasto contra Real Cartagena.  El encuentro estaba disputándose en los minutos de descuento, con un resultado de 1-0 a favor del conjunto local -tanto marcado por Carlos Hidalgo al minuto 85-, pero el encuentro finalizó de manera súbita, por decisión del central Óscar Julián Ruiz, debido a un golpe de un objeto contundente lanzado por la tribuna que recibió el asistente por ese costado, Alejandro Gallego.  El juez de línea sería retirado de la cancha en una camilla y el partido no se reanudó.  Las consecuencias de esto serían terribles para el Pasto.

Un par de días después, la resolución disciplinaria entregó la noticia: debido al incidente que afectó a Gallego, el partido cambió su resultado por un 0-3 favorable a Real Cartagena.  Esa decisión, evidentemente, golpeó anímica y numéricamente al Pasto, que terminaría descendiendo.

Ya hay un antecedente, entonces.  El mismo equipo que se vio beneficiado por un incidente ajeno al fútbol, ahora, muy posiblemente, también se verá favorecido debido al terrible hecho ocurrido en el Polideportivo Sur.

Nacional no hizo nada malo para ser afectado por esta consecuencia, pero la aberración de uno de sus "hinchas" energúmenos le llevará: uno, a perder 0-3 un juego de local ante un equipo pacato y, además, que ya estaba con un jugador menos; dos, a recibir una sanción económica ejemplar; tres, a recibir la sanción que le impedirá seguramente jugar de local en la cancha envigadeña; y cuatro, lo menos importante, perder la condición de invicto que llevaba de local y ceder el liderato.  Una tarde para no olvidar...

El plano futbolístico
El equipo de 'Sachi' Escobar arrancó mejor parado en el inicio del partido, incluso con un tiro de esquina antes del primer minuto de juego, que tuvo aproximaciones de Macnelly Torres y Dorlan Pabón, aunque sin mucha profundidad.  El conjunto de la visita tuvo sólo hasta el minuto 7 su primer acercamiento, en un remate desviado de Edinson Palomino.  Nacional respondió un par de minutos más tarde, con un disparo de Víctor Giraldo que atajó bien Adrián Berbia.

El conjunto local no parecía mostrar su mejor cara en el primer tiempo, tratando de aproximarse al arco de Berbia sin tener ese último pase preciso o el remate adecuado.  Nacional no lograba una buena profundidad.  Real Cartagena, en tanto, unía sus líneas y no tenía mayores ambiciones de llevarse el partido.

En los últimos diez minutos de la primera parte todo cambió: Nacional se acercó en repetidas ocasiones a la puerta contraria, pero sin lograr éxitos en la catarata de llegadas.  Aparecían Pabón, Macnelly y Yovanny Arrechea, pero el colectivo "verdolaga" no tenía ideas claras y su presencia en zonas del adversario se remitía más a un desespero incoherente que a la calidad propia del equipo local.

'Sachi' había planificado el partido de una manera, pero con la posición especuladora del Cartagena y con un Nacional incapaz de llegar con claridad, llevó a que Víctor Ibarbo entrara -por Édgar Zapata; el defensor tenía amarilla desde los 15 minutos- y le diera mayor peligro al equipo.  Por supuesto, teniendo en cuenta el desgaste sufrido por el cuadro visitante en el primer tiempo y que la cancha del Parque Estadio es una de las más grandes del país, tener a Ibarbo para el ataque es una herramienta de gran valor en el ataque, además de constituirse enun ataque de dospuntas para abrir más la defensa contraria con Pabón por el otro costado.

Los de Bodhert: una verdadera "muralla"
La segunda parte empezó un poco más animada, con situaciones de ambos equipos: primero con el Cartagena, con un remate de David Silva (46'); y después, con un tiro libre desviado de Pabón (48').  En el minuto 50, sería Macnelly el encargado de cobrar un tiro libre, pero tampoco tenía fortuna.

Nacional se veía más cerca de abrir el marcador, pero contaba con una velocidad y un apresuramiento inusitados, inadecuados para vencer fácilmente la fortaleza "amurallada".  Pabón, de todas formas, seguía intentándolo con sus típicos desbordes y remates cerca a la medialuna, porque si no se podía quebrar la pizarra a través de los intentos defectuosos de toques en corto, siempre existe la posibilidad de encontrar "suerte" por intermedio de fabulosos remates aislados.

El conjunto "heroico", por supuesto, ante su propuesta defensiva y aguantando un 0-0 insulso, estaba recargándose con tarjetas amarillas por doquier.  En los primeros quince minutos del complemento recibieron amarillas: Alex Anaya, Campo Elías Santa Cruz y Adrián Berbia -por quemar tiempo antes de los ¡60 minutos!-.  Sin embargo, el primer giro importante del partido llegó al minuto 61, con una doble amarilla que se ganó Santa Cruz, que anunciaría una encerrona completa del equipo de Bodhert.  Además, de esa expulsión, Silva también vería la amarilla, por reclamarle al central.

Con un hombre menos, Bodhert compuso el equipo sacando de la cancha al efervescente Silva e ingresando a Orlando Osorio y volviendo a una línea de 4 en defensa (62').  La idea para el Cartagena no cambió mucho: si antes de la expulsión de Santa Cruz el equipo "amurallado" apenas se acercaba a la portería de Gastón Pezzuti, ahora ni se acercaba a los campos "verdolagas".  Éste era un punto de oro para ellos, al parecer...

El "Verdolaga", ante esa conducta táctica de su rival, se desesperó desde temprano ya que no hallaba los caminos al arco de Berbia con calidad y tampoco con claridad.  La mala entrega se hacía muy evidente.  Para encontrar más variantes, el D.T. "verdolaga" sacó a Arrechea y metió a un entrañable Orlando Berrío (65'), el canterano que no había estado presente en este torneo debido a las lesiones y a los microciclos de la Selección Colombia juvenil.

El mapa geofutbolístico en el campo de juego estaba planteado de esta manera: con todo Nacional -salvo Pezzuti- en el terreno del Cartagena, y sólo Palomino, en el círculo central, como hombre de ataque en la escuadra visitante, esperando cualquier rechazo de su zaga para iniciar un contragolpe.

Sin respuestas positivas por abajo, Nacional también intentó en el juego aéreo: al minuto 68, Jairo Palomino la tuvo de cabeza, en un centro de Ibarbo, pero terminaría desperdiciando.  Todas las variantes eran puestas a prueba, incluso con enviones de los laterales, que también se atrevían a responderle al Cartagena con remates de media distancia: Víctor Giraldo lo intentó al minuto 70, sin éxito.

Ahora empezaba el show de quemar tiempo: Anaya quedaría recostado sobre el césped, cortó el ritmo del partido -ya que estuvo un par de minutos esperando la camilla- y aumentó el nivel de desespero de los jugadores locales (72').  En la reanudación, Giraldo de nuevo se hacía presente, con espacios por su banda y con panorama para el remate, pero su tiro saldría demasiado alto.  A este hecho se solidarizó Pabón, un minuto después, recibiendo sobre la medialuna, situación apta para su disparo, aunque sin respuesta positiva (73').

Un gol de oro...
El alud "verdolaga" que parecía incontenible dispuso al técnico cartagenero a efectuar un cambio: pieza por pieza en la posición de ataque; saldría Palomino e ingresaría Luis Rentería (75').  De inmediato, en una jugada totalmente aislada, el árbitro pita una falta de Stefan Medina, lo que ocasionó "El Dorado" para las huestes visitantes: el perfil no podía ser mejor para el cobro de tiro libre para el argentino Emanuel Molina -rememorando a otros de su estirpe, como Gabriel Fernández o Rodrigo Marangoni-, el volante que acomodó la pelota en el costado izquierdo de Pezzuti, que acompañó el disparo con la mirada y nada más pudo hacer (77').

Increíble...  El fútbol siempre da estas cosas: un equipo carente de ambiciones encontraba una victoria sin un antecedente en el ataque que soportara tremendo resultado.  Que lo hubiera encontrado Nacional de esta manera -de pelota parada, porque no hallaba los caminos del gol de otras formas- es una cosa, pero ¿este Cartagena timorato y anodino?  Eso sí, para qué, de manera personal, la vi venir...

El panorama luego del gol cartagenero siguió siendo el mismo.  Los de la visita todos resguardados atrás, escondidos en minúsculas trincheras, mientras que Nacional iba ciego al ataque, sin medir consecuencias más graves.

Con la voluntad inquebrantable
Pero una propuesta como la de Real Cartagena no podía ser premiada con los tres puntos, por lo menos en la cancha.  La defensa "heroica" se destapó por la zona de Giraldo, éste apareció muy libre por la derecha y mandó el centro, hasta allí llegó Juan David Duque y remató de zurda, pero hubo rebote en plena área chica, y no hubo más perdón para el huésped incómodo: Pabón remató de cabeza ante el rechazo insuficiente y Nacional encontraba el gol más buscado de los últimos partidos (81').  ¡¡¡Gooolaazooo!!!  Un 1-1 procreado en un vientre de desespero y lleno de voluntades, ajeno al fútbol de gran calidad de otras jornadas.

Ahora, con la premisa de encontrar la victoria -porque cuando un arco se abre para el primer gol, ya entran todos-, Nacional ya estaba dispuesto a seguir atacando cuando sucedió algo que no estaba en el guión original: de una de las graderías del escenario envigadeño, algún mequetrefe lanzó una botella de aguardiente -una caneca vacía- al campo de juego, con tan mala fortuna para la comunidad "verdolaga" que el objeto cayó en la cabeza de Rafael Pérez, defensor del cuadro cartagenero.  El reloj marcaba 82 minutos de juego.  Y a partir de ahí, no habría marcha atrás...

De inmediato, los médicos del equipo visitante ingresaron para revisar al jugador herido, que sangraba y que estaba recostdo sobre la grama.  Lo sacaron en camilla, los jugadores esperaban, la audiencia rumoreaba y los árbitros discernían.  El dictamen posterior sería catastrófico para los intereses "verdolagas", pero era justo.  Los jueces decidieron terminar el partido al minuto 37 del segundo tiempo, por "falta de garantías".  El jugador sería llevado al hospital Manuel Uribe Ángel, ubicado a unos 3 km del Parque Estadio Sur.

El castigo a recibir
Después de lo sucedido, los medios anunciaron de manera extraoficial esta noticia: a Nacional le darían el partido por perdido (0-3) y estaría expuesto a recibir las sanciones respectivas.  Los artículos 95, 96, 97, 98 y 143 del Código disciplinario único son elocuentes.

Éste es uno de los párrafos que contiene el artículo 95 ("Infracciones de un club"):
"Al club local que no prestare las garantías a que lo obliga el presente código o el reglamento del torneo o competencia y diere lugar con ello a que el partido se interrumpa, se le impondrá multa de diez (10) salarios mínimos mensuales legales vigentes al momento de la infracción.
Si por la misma causa el partido no pudiere jugarse o continuarse a más de la sanción económica impuesta el club local será sancionado con la pérdida de  los puntos en disputa.
En la misma multa incurrirá si por causa atribuible al club no se facilitaron las debidas garantías a los árbitros, jugadores, directivos y personal técnico al finalizar el partido.
"

Lo que contiene el artículo 96 ("Responsabilidad por conducta de los espectadores"):
"Los clubes serán responsables de la conducta impropia de los espectadores, sin que se les impute una conducta u omisión culpable.Los clubes serán responsables de la conducta impropia de los espectadores, sin que se les impute una conducta u omisión culpable.  [...]
Se considera conducta impropia, particularmente, los actos de violencia contra personas  o cosas, el empleo de objetos inflamables, el lanzamiento de objetos, el despliegue de pancartas con textos de índole insultante, los gritos insultantes y la invasión del terreno de juego.
El inadecuado comportamiento del público que genere desordenes antes, durante o después de un partido, en el estadio, dará lugar a la amonestación o a la suspensión de la plaza de una (1) a tres (3) fechas.
En caso de suspensión al club respectivo se le impondrá multa de ocho (8) a diez (10) salarios mínimos mensuales legales vigentes al momento de la infracción.

Si como consecuencia de la conducta anterior se derivare daño a las instalaciones o a las personas, la sanción será de dos (2) a cuatro (4) fechas de suspensión y multa de diez (10) a doce (12) salarios mínimos mensuales legales vigentes al momento de la infracción sin perjuicio de la obligación de indemnizar los daños causados.  [...]
Incurrirá la plaza en la sanción anterior en caso de que el público agrediere a los árbitros, directivos, personal integrante de los equipos o autoridades, antes, durante o después del partido.
El equipo que deba jugar como local en una plaza sancionada jugará su partido a puerta cerrada en la cancha registrada como sede principal."

Todo el artículo 97 ("Organización de partidos"):
"Colfútbol, sus afiliados, los afiliados a éstos y las divisiones que organicen partidos estarán sujetos a las siguientes obligaciones:
a)    Evaluar los riesgos que entrañen los encuentros y señalar a los órganos de Colfútbol o sus divisiones, según el caso, los que sean especialmente peligrosos.
b)    Cumplir y aplicar las normas de seguridad existentes y tomar todas aquellas medidas de seguridad que exijan las circunstancias antes, durante y después del partido, así como en el supuesto que se produjeran incidentes imprevisibles.
c)    Garantizar la seguridad de los jugadores y oficiales del equipo visitante.
d)    Informar a las autoridades locales y prestarles la más activa y eficaz colaboración.
e)    Garantizar el orden en los estadios y en sus inmediaciones, así como el normal desarrollo de los partidos.
"

El artículo 98 ("Incumplimiento de obligaciones"):
"Los clubes que incumplan alguna de las obligaciones enumeradas en el artículo anterior será sancionados con la imposición de una multa de veinticinco (25) a cincuenta (50) salarios mínimos mensuales vigentes al momento de la infracción.
En el supuesto de infracción grave de los literales b) y c) del artículo anterior, la autoridad competente podrá adoptar otras medidas, entre ellas la clausura del estadio u obligar a que el equipo juegue en terreno neutral.
Queda a salvo, en todo caso, la posibilidad de imponer determinadas sanciones a título de medidas de seguridad, aun en el supuesto que no se hubiera cometido ninguna falta.
"

Y el artículo 143 ("Informe del árbitro"):
"El árbitro deberá informar en la planilla reglamentaria, en forma clara y objetiva sobre lo siguiente:
a)    La forma como se desarrolló el partido y los momentos anteriores y posteriores al mismo.
b)    En el evento de que se hubieren presentado incidentes, determinará claramente en qué consistieron, quiénes fueron sus promotores y partícipes; y en caso de agravio o provocación, si el agredido o provocado la respondió y en qué forma.
c)    Si los incidentes fueron provocados por el público deberá precisar además:
i.    Si fueron generalizados o aislados.
ii.    Si hubo lanzamiento de objetos, la clase y cantidad.
iii.    Si se presentó invasión a la cancha, determinar el número de participantes y su actitud.

d)    Comportamiento de los recogebolas y demás personas autorizadas para estar en el campo de juego.
Cuando las circunstancias lo requieran, podrá adjuntar a la planilla un informe adicional.
El informe deberá enviarse a la Comisión Disciplinaria dentro de las veinticuatro (24) horas siguientes a la realización del partido y tendrá carácter confidencial."

El hecho de discusión, bochornoso desde todo punto de vista, duele por diversos motivos: uno, porque asistir a un partido de fútbol es un acto de diversón y esparcimiento donde, eso sí, se adquieren derechos y obligaciones, como en diferentes situaciones de la vida, y en la lista de esas obligaciones no está en ningún lado que tenga que lanzar una botella al campo de juego esperando herir a un jugador adversario; dos, duele mucho porque el equipo recibirá castigos muy fuertes por los actos de algunos zascandiles del más bajo mundo, entre ellos sanciones y pérdida de puntos; y tres, duele feo porque Real Cartagena es un equipo muy débil cuando juega de visitante (antes del partido del domingo, había perdido todos sus juegos fuera de casa, con sólo 3 goles marcados y 16 recibidos) y que ayer sólo tenía intenciones de encerrarse y de sacar un punto.  Éstas son las cosas inexplicables que tiene este bendito deporte.

Pensando en el partido ante el Tolima
De entrada hay que aclarar que no estarán disponibles los jugadores convocados a la Selección Colombia sub-20, que empezará un nuevo microciclo de trabajo este martes 3 de mayo y que terminará el día 12 del mismo mes.  Estos jugadores son: Stefan Medina, Orlando Berrío y Sebastián Pérez.  Sin Medina en la lista de 'Sachi', sacándolo de ese apuro verraco obviamente, los centrales serán Zapata y el panameño Torres.  Otro que tampoco estará ante el 'Pijao' es John Valencia: el mediocampista sigue en su proceso de recuperación y se espera que pueda estar a pleno en el inicio de los play·offs.

El Tolima es un equipo que vuelve a insertarse al medio futbolero nacional después de su participación en la Copa Libertadores, evento en el que quedó eliminado en la fase de grupos, por eso todavía no ha mostrado el mejor nivel de juego, el que se le ha conocido en los últimos semestres.  Además, Diego Chará, uno de los bastiones de su juego, emigró hace poco a Estados Unidos para seguir su carrera futbolística; sin la presencia de este notable jugador, el Tolima ha perdido poderío en su mediocampo sin querer decir que ahora no sean nada.

Por otra parte, tampoco le ha ayudado mucho las noticias sobre dopaje de su mejor jugador, Wílder Medina.  Eso quizás ha desconcentrado un poco al equipo del senador Camargo.  Sin embargo, el delantero ha seguido jugando y, con todos los problemas e incomodidades mediáticas encima, ha logrado una cuenta nada despreciable de ocho goles, para ser uno de los máximos goleadores del certamen.  ¡Y ojo que ya vacunó a Nacional en el último duelo entre ambos equipos!...  En definitiva, es un duro examen el que le espera al "Verdolaga" en la fecha 15.

Formaciones
Nacional: Pezzuti; R. Torres, Medina y Zapata (Ibarbo, 38'); Giraldo, Palomino, Pérez y Duque; Pabón y M. Torres; Arrechea (Berrío, 65').
Real Cartagena: Berbia; Anaya, Pérez, Márquez y Santa Cruz; Sierra, Silva (Osorio, 62'), Carrillo, Molina y Castillo (Iriarte, 58'); Palomino (L. Rentería, 74').
 El "Verdolaga" empató 1-1 ante Real Cartagena; anotó Dorlan Pabón (81') para Nacional y Emanuel Molina (77') pondría la ventaja momentánea para el conjunto "heroico".  El central Ramiro Suárez terminó el partido al minuto 82 por "falta de garantías", que devino de un botellazo que recibió Rafael Pérez, defensor cartagenero.  Incidente reprochable.


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¹  Imagen de El País (http://www.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/2011/05/nal.jpg).

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