¡Alegría verdolaga!

Los jugadores festejan al final del partido, acompañados de la alegría en las tribunas.¹

Domingo soleado y tribunas llenas, el verdolaga victorioso...  En la tarde de ayer, ante más de treinta y cinco mil personas, Atlético Nacional venció 1-0 al Medellín en el clásico paisa y cortó una sequía de enfrentamientos felices ante los rojos que venía desde mayo de 2009.

El verdolaga empezó manejando el encuentro, con salidas rápidas por el sector izquierdo a través de Víctor Ibarbo y la conjunción de Jair Iglesias y Marcos Mondaini.  Fueron posiblemente los mejores primeros quince minutos de Nacional en lo que va de esta Liga Postobón II, con peligro constante en el ataque, producto de la movilidad de elementos importantes como Dorlan Pabón e Ibarbo.

El rival de plaza, mientras tanto, era sometido a la presión verdolaga en vínculos fundamentales como Luis Fernando Mosquera y 'Choronta' Restrepo, y en ocasiones, por el mismo ahogo en su salida, estos debían recibir de espaldas y por eso perdían el balón fácil y rápidamente.  De ahí, se produjo una solución errática para los rojos: en lugar de administrar la pelota, buscaron amenazas a partir del juego aéreo, con pelotazos que siempre fueron cayendo a las manos de Pezzuti o al cabezazo oportuno y tranquilizante de los defensores verdolagas.

En esos momentos de confusión para el Medellín, los verdolagas eran peligrosos en las salidas por las bandas, con cambios de frente que evidentemente abrían brechas en las huestes rojas.  Fueron diez aproximaciones de Nacional en veinticinco minutos, de las cuales, la más venenosa fue la acción de Pabón en el minuto 25, que ganó la última línea para el centro y posterior "rechazo" de Juan David Valencia que, por poco, termina en autogol rojo.

A partir de esa jugada, Nacional empieza a perder potencia en su ataque, mientras que el Medellín poco a poco comienza a tener una mejor visión del partido.  No obstante, en los minutos siguientes no se presentan oportunidades claras para ninguno de los dos equipos, quizás una situación causada por las faltas que cortaban el ritmo del juego, como el choque de cabezas entre Arzuaga y Piedrahita (35'), que les obligó a usar vendajes, o el tiempo que se perdió con el cambio de Bréiner Castillo, sustituido por Bayron García (42').

De todas maneras, el rival de patio avisó antes de finalizar la primera parte, en una jugada en la que queda solo Felipe Pardo frente a Gastón Pezzuti, pero que no puede definir satisfactoriamente (45'); una situación que pregona y preocupa a la hinchada roja.  Para los hinchas verdolagas, en cambio, fue un alivio de gran magnitud, tras recordar momentáneamente aquel gol del paraguayo Giménez en el clásico de abril...

La rodilla de Pertuz cortó la sequía
Con un inicio en el segundo tiempo más parejo, Nacional llegó al gol tras una conexión Mondaini-Piedrahita a través de cambios de frente: el atacante argentino cruzó de izquierda a derecha desde un costado de la medialuna roja, para encontrar a un Piedrahita solitario que, sin grandes impedimentos en su maniobra, envía el venenoso buscapiés al área adversaria, y encuentra fortuna (56').  He ahí la rodilla de Hernán Pertuz: ubicada en el lugar correcto y en el momento oportuno, que depositó el balón en el arco correspondiente...

A aguantar el embate
Con el gol en contra, el Medellín despejó sus dudas, afianzó sus ideas y empezó a visitar con mayor frecuencia los terrenos verdolagas.  Y así, con la pizarra desfavorable, el "Panzer" Carvajal saca a Luis Carlos Arias e incluye a Nelson Barahona (62'), factor que determinó el ritmo de los minutos que restaban en el clásico.  Con Barahona en la cancha, el juego de los rojos se hizo más peligroso y la presencia en el territorio de Pezzuti se hizo inminente.

La insistencia del rival de plaza tuvo el punto más alto en el minuto 70, momento en que el portero verdolaga comete una infracción sobre Pardo y que Wilmar Roldán debió haber sancionado como penal y amonestación para Pezzuti.  Los hinchas rojos fustigaron la decisión, pero ellos deberán recordar también cómo Roldán les benefició con un penal inexistente en el clásico de hace un año -'Roldanada' inolvidable en el disco duro verde-.

Tras esa jugada, el atacante rojo quedó en el suelo y el partido tuvo que suspenderse por algunos segundos, tiempo que Nacional necesitaba en ese momento para observar la situación con calma y replantear sus ideas.  Y así llega el cambio de Jaime Córdoba por Ibarbo, que describió claramente el panorama que iba a tener el partido en los últimos veinte minutos (72')².

En el minuto 74 llega otra acción trascendente en el partido: el Medellín estaba atacando sobre la zona izquierda, y en una entrada tardía de Iglesias, Roldán le saca al defensor la segunda amarilla y lo expulsa; lo curioso es que es una jugada calcada de la primera amonestación.  Esto obligó a que José Fernando Santa -quien cumplía 40 años- enviara al campo a Camilo Pérez y sacara a Dorlan Pabón (77'), lo que significó una total ausencia de riesgos para el golero rojo, teniendo en cuenta que el técnico ya había sacado a Ibarbo.

Nacional, pese a estas intervenciones en el esquema, tuvo una chance más para finiquitar el clásico, en una gran jugada de Mondaini quien habilita y deja solo a Palomino, pero éste desperdicia la valiosa oportunidad mandándola a los muchachos de Sur (78')...  Asimismo, el verdolaga tendría una más, en el minuto 82, instante en que Nacional decide enfriar los aperitivos y tocar el balón de un lado a otro, motivo que se traduce en una falta; de ahí sale el envío a Maggiolo, quien alcanza a conectar, pero su cabezazo no termina por incrustarse en las redes.

Y como en todo clásico, la alta temperatura extendió horizontes en un córner, en un marco donde surgieron amarillas para Damián Santín y Felipe Pardo (83'), quienes se vieron envueltos en el característico "juego de manos".  Nacional, con uno menos, con pocos minutos en el reloj, pero con el marcador favorable, seguía replegado ante las respuestas ofensivas de su rival de patio.  Sin embargo, las grandes maldiciones estuvieron cerca de ser excarceladas con la irrupción de Mosquera, quien solitario, desaprovechó la enorme opción para el empate (87').

No había tiempo para nada más, sólo para la última cereza agria en el pastel de cumpleaños de Santa, que fue decorado con la atención personalizada de Palomino a Barahona, situación que Roldán resolvió con doble amarilla para el 5 verdolaga y, a continuación, con la finalización del partido.  Clásico caliente hasta el último segundo, sin duda.

Con la gran victoria sobre el Medellín, el verdolaga eleva su producción a quince puntos y arriba a la sexta casilla.  Además, llega a siete victorias en serie en el Atanasio Girardot y las últimas cuatro con el arco en cero -todas ellas en una sobria producción en el esquema de cuatro defensores, curiosamente-.  Igualmente, el triunfo llega en el mejor momento anímico para enfrentar este miércoles a Itagüí, por la Copa Colombia.  Y para terminar, con el pasar de los partidos se ve a un Nacional con mejores soluciones a la hora de enfrentar inquietudes, y lo bueno es que en general sale adelante con resultados positivos.

Formaciones
Nacional: Pezzuti; Piedrahita, Mosquera, Santín e Iglesias; Patiño y Palomino; Pabón (Camilo Pérez, 77'), Mondaini e Ibarbo (Córdoba, 72'); Maggiolo (Camilo Piedrahita, 90').
Medellín: Castillo (Bayron García, 42'); Calle, De Almeida, Pertuz y Valencia; Restrepo, Ortiz (Arboleda, 80'); Arias (Barahona, 62')y Mosquera; Pardo y Arzuaga.
Ganó Nacional 1-0 con autogol de Pertuz (56').  Fueron expulsados Iglesias (74') y Palomino (92'), ambos por doble amarilla.  Nacional llegó a su victoria 106 en los clásicos, con 75 derrotas y 82 empates; marcó 348 goles y recibió 303 anotaciones.


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¹  Imagen de Futbolred (http://www.futbolred.com/contenido/liga-postobon/noticias/fecha9finalizacin2010/IMAGEN/IMAGEN-7902582-2.jpg).

²  Segundos después, en la transmisión televisiva de Telmex, se escuchó un comentario irresponsable de Mario César Otálvaro y sus acompañantes: en una jugada en el área verdolaga, dijo que había "mano" de Jairo Palomino, cuando realmente el balón le había rebotado en el vientre.