domingo, diciembre 05, 2010

Una triste y penosa eliminación

El gol de Maggiolo que abría algunas esperanzas.¹


El anti·proceso para el final de esta crónica
Y se repitió la historia.  En su segundo ciclo como técnico no encargado al frente de la escuadra verdolaga, la dirección de José Fernando Santa vuelve a naufragar en los cuadrangulares semifinales, y otra vez con el penoso detalle de señalar la eliminación apenas en la cuarta fecha, con un solo punto, muy lejano -y ya inalcanzabla- de los diez que alcanzó el equipo blanco de Manizales con el triunfo de esta tarde.

Pero este destino lamentable para una institución del tamaño de Atlético Nacional no debe sorprender a nadie: el verdolaga reflejó su lado oscuro en estas instancias -donde llegan los equipos menos malos del torneo-, momentos en los que le desnudaron todas sus limitaciones y quebraron los frágiles espejismos que el conjunto de Santa había mostrado a lo largo del certamen.

Nacional se acostumbró a "sacar resultados", sin buscarlos de una manera convincente para la hinchada, con números que alcanzaban a maquillar muy bien las propias falencias y embellecer un camino ausente de fútbol en la tabla de posiciones.  Solamente alcanzaba para eso; para nada más.  Y, mientras, a través de la deforme seducción de esos números, se mitigaban los disgustos de un gran sector de la fanaticada verde que estaba desencantada con la manera del equipo de ¿jugar? al fútbol.  Pero en los cuadrangulares todas las dudas se despejaron.

Muchos factores incidieron para que Nacional encontrara este amargo sino: el verdolaga nunca encontró regularidad en su pensamiento futbolístico ni tampoco constancia en la nómina principal.  Las dificultades en lo colectivo -principalmente, las fatales desconexiones en la zona defensiva- llevaron a Santa a realizar pruebas y ensayos a lo largo de toda la competencia.

Las lesiones, las suspensiones y los llamados a las diferentes categorías de la Selección Colombia endurecieron el mal camino pero jamás lo enderezaron.  Nunca se volvió a saber nada de Damián Santín, tampoco se supo qué pasó con Francisco Delgado, y por mucho tiempo estuvo fuera, incluso de los concentrados, Jossimar Mosquera, para nombrar solamente tres jugadores.

Estos desencuentros del comandante verde con sus mismos dirigidos llevaron, en ciertas ocasiones, y quizás por la misma calentura después de algunos partidos, a reclamar públicamente el bajo desempeño de algunos jugadores.  Una situación que evidenciaba la poca sintonía y la fragilidad que había en el interior del onceno verdolaga, que más tarde dejó escapar algunos rumores.

Y, obviamente, sin esa constancia que un equipo necesita para facturar una buena campaña en cuanto a lo futbolístico, Nacional mostró siempre grietas en sus partidos: en unas zafó de las vergüenzas -porque sus rivales eran demasiado horribles-; en algunas vivió la realidad, cuando fue apabullado por mejores equipos -Cali, Once Caldas y Tolima-; y en otras, oncenos con menor peso evidenciaron sus debilidades -América, Pereira, Envigado y Quindío-.

Cabezas rodantes
De esta manera, hoy, con la derrota 3-2 ante Once Caldas en el estadio Palogrande, las dudas e inquietudes quedaron todas resueltas: Nacional no estaba para pensar en finales -como se imaginaban algunos hinchas verdolagas muy entusiasmados-, y finalmente, no sirvió ni para ser animador.  Ante el cuadro blanco, como exhibió en todo el torneo, se mostró inseguro y dubitativo, y a eso se sumó una especial falta más de criterio que de espíritu a la hora de jugar.

La eliminación tan temprana, claramente, deberá conducir al ejercicio autocrítico y reflexivo de lo que sucede en el interior y en las cabezas prominentes de la institución.  Nacional no puede quedar en evidencia y sellar este episodio penoso con impunidad; así que, si tienen que volar cabezas, que rueden, damas y caballeros.  Ningún hincha verdolaga espera que el libro de los lamentos siga escribiendo más capítulos.

El sumario de una contundencia singular
El partido, hasta los sesenta minutos, se resume de la siguiente manera: primer punto, Nacional tuvo más la pelota, pero no logró construir una agresividad que incomodara el planteamiento del conjunto local; segundo punto, Once Caldas estuvo tranquilo y sin desesperarse ante los embates tibios de la ofensiva verde; tercer punto, el equipo de Juan Carlos Osorio mostró una contundencia notable, picante e hiriente, y aprovechó las oportunidades y los espacios que dejaban los defensores de la visita; y cuarto punto, con cada gol que ingresaba en el arco de Gastón Pezzuti, el espíritu verdolaga se diluyó en su propio desmoronamiento.

En los primeros minutos, Nacional se vio con una intención de crear juego, aunque estaba obligado a mostrar una actitud ofensiva: tenía las líneas más adelantadas, se tocaba en corto y los centrales anticipaban los envíos caldenses.  Ésta era una situación incómoda para Dayro Moreno, que tenía que llegar hasta el centro del campo para alimentar el juego del cuadro local (7'), e incluso en un ataque de Nacional, al goleador albo se lo vio actuando como ¿¡lateral derecho!? (9'), lo que ponía en la mesa ese aparente desinterés de Once Caldas en ir a buscar la victoria.

Nacional, además, intentaba inútilmente por arriba, con centros desde los costados que eran anulados sin mayores dificultades por los zagueros blancos.  A eso se acompañaba la habitual variante de dejar todo a la inspiración de Dorlan Pabón, quien hacía su típica jugada: llegar al área, luego de haber enganchado hacia dentro, y rematar de derecha, que en los últimos cotejos fue inoficiosa.  Sin embargo, Nacional no creaba peligros con esas fórmulas.  Por el contrario, en los mínimos acercamientos, Once Caldas siempre hallaba cómo perjudicar la salud verdolaga cuando se aproximaba a los terrenos de Pezzuti.  Y ya habían avisado la dupla goleadora de los blancos.

El verdolaga sufrió por Micolta
Y cuando más insistía el onceno verde, la amenaza se concretó en el minuto 18: con Jossimar Mosquera y Humberto Mendoza adelantados, Jaime Castrillón encuentra un hueco y coloca el pase a Micolta, quien ante la tardía llegada·cierre de Víctor Giraldo queda de frente con Pezzuti para poner sin inconvenientes el 1-0.  Con tranquilidad, con contundencia y con pragmatismo, muy diferente al Once Caldas temible que había sugerido el andar de las últimas jornadas, el cuadro blanco se ponía arriba sin grandes merecimientos.

En los siguientes minutos se mostró al verdadero equipo de Osorio, en su real dinámica de ataque y sin dejar respirar a su adversario.  Primero con un remate de John Valencia que pegó en el palo (22'), cuando la tormenta indicaba que se venía el segundo tanto local, y después con los despliegues de Micolta, Fernando Uribe, Iván Vélez y Harrison Henao, para agravar e inundar de intranquilidades la situación del conjunto verdolaga.

No obstante, tras esa furia momentánea, Once Caldas volvió a su figura inicial: paciente y esperando el momento de mandar el siguiente zarpazo.  Nacional, mientras tanto, mostraba que podía llegar hasta cierto punto de la cancha, sin poder romper la última línea caldista producto de una involuntariedad circunspecta e insípida; sin poder lograr por lo menos una triangulación: de dar el pase e ir a buscar el espacio.  Y Nacional no hacía eso.  No construía espacios ni los buscaba.  ¿Faltaba mucha chispa para hacer eso?...

Por eso, en tanto que Nacional discutía con sus mismas insuficiencias, Micolta doblegó -con un ocho mediante- a Marlon Piedrahita, ganó ese sector y mandó el centro pasado para que de atrás llegara envalentonado Moreno y marcara de cabeza furiosa el 2-0 (40').  Contundencia tóxica y mortífera para una defensa verdolaga que nunca, en este semestre, se caracterizó por ser segura.  Y en este encuentro, mucho menos.

En la última del primer tiempo, Nacional siguió intentando con su única posibilidad de ataque, con la habitual desmarcación y remate posterior de Pabón, pormenor que controlaba bien 'Neco' Martínez (43').  En el recuento de los primeros 45 minutos, hubo muy poco para mostrar respecto del equipo de Santa.

¿Hubo cambio de velocidades?
Para el inicio del complemento, Santa mandaba a la cancha a Víctor Ibarbo por Marcos Mondaini, de flojo partido.  El 8 verde no había podido entrar como titular por una molestia que sufrió en el juego ante Once Caldas el domingo anterior en el Atanasio, cuando tuvo un choque con Alexis Henríquez.  Con su ingreso, Nacional esperaba ganar mayor presencia en los costados y que generara un ritmo diferente al que mostró el equipo en la primera parte.

Y en menos de un minuto por poco se viene el descuento verdolaga, con una serie de toques cortos que incluyó movilidad y despliegue de los laterales para ser más profundos: Víctor Giraldo, en el pie a mano con el guardavallas albo, sacaba el derechazo que, lamentablemente, pegaba en el poste.  Fue un remolino que parecía visar mayores tragedias, y con un Nacional, por lo menos, que salía con otra actitud para el comienzo del segundo tiempo.

Una distancia muy grande
Sin embargo, para enfríar cualquier entusiasmo verdolaga, Once Caldas acudió una vez más a su manual de la contundencia y señaló el 3-0 ponzoñoso.  Con un gran pase filtrado de Fernando Uribe a Félix Micolta, el escurridizo volante encuentra muy mal parada a la zaga visitante, horadando la carretera con destino al arco verde, y con derecha colocada pone el tercero en la pizarra blanca.  Irrebatible...

A partir de ahí, Osorio quitó literalmente el acelerador de la máquina blanca.  Incluso se dio el lujo de sacar a Valencia -quien ya estaba amonestado- por Diego Arango (54'), entendiendo que la cuestión estaba finiquitada.  Además, en los segundos posteriores, Pabón tuvo que salir en camilla de la cancha por unos minutos, y Correa era amonestado.  Es decir, fueron instantes en los que se manifestaba a un Nacional con serias dificultades y que lucía perdido.

Del imaginario de Machado
Sin embargo, ante la crudeza del marcador, Nacional, con más orgullo propio y vergüenza que otra cosa, encontró la manera de acortar las diferencias: primero, en una entrada al área blanca de Giraldo para obtener un penal "un poco inesperado", con la posterior consecución de Mendoza (63'); y luego, gracias a la decisión de Osorio de sacar a Micolta de la cancha -la figura alba y verdugo de Nacional- para ingresar a Jefferson Cuero (69').  Así, Once Caldas restaba sus propios peligros y alimentaba las opciones pasajeras de un Nacional herido en su amor propio.

En el minuto 72, el juez Ímer Machado deja de sancionar un penal a favor del verdolaga -centro desde la derecha, Ezequiel Maggiolo va a cabecear pero lo desestabilizan-, situación que pareció compensar su fallido dictamen en la apreciación del penal anterior.

"Lechuga" reverdecía las ilusiones
No obstante, Nacional encontró su recompensa tres minutos después, en una buena triangulación entre Ibarbo y Pabón que abrió la defensa blanca, y allí, en un enredo monumental -defensa y portero blancos inmiscuidos- que impidió definir al 8 verde, quedó el rebote para que Maggiolo la empujara sin obstáculos.  3-2 y se empezaba a olfatear una remontada digna del Estambul '05.

Los últimos diez minutos mostraron a un Nacional enceguecido por ir a buscar el inservible empate, mientras que Once Caldas se ahogaba en la ambición de sus individualidades, cuando bien pudieron poner el 4-2 en cualquier momento.

Pero finalmente el marcador no se movió y sentenció la eliminación de un Nacional lejos de identificarse con el actual planteamiento especulativo y resultadista, que lo terminaría de crucificar.  Se acababa la ilusión, se acababa la mentira.  Ya se veía venir; se pronosticó la debacle...  Bye-bye al sueño verdolaga -de algunos hiperidealistas- de bordar la estrella 11 en este insípido 2010.  Y será también la despedida para otros; para muchos, seguramente...

Formaciones
Once Caldas: 'Neco' Martínez; Vélez (Mena, 80'), Amaya, Henríquez y Núñez; Micolta (Cuero, 69'), Henao, Valencia (Arango, 54') y Castrillón; Uribe y Moreno.
Nacional: Pezzuti; Giraldo, J. Mosquera, Mendoza y M. Piedrahita; Correa (Estupiñán, 85'), Arango e Iglesias; Pabón y Mondaini (Ibarbo, 46'); Maggiolo.
El verdolaga perdió 3-2 ante Once Caldas en el Palogrande, con goles de Mendoza -de penal- (63') y Maggiolo (75') para el verde, mientras que Micolta (18' y 50') y Moreno (40') anotaron para la escuadra local.


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¹  Imagen extraída de YouTube (http://www.youtube.com/watch?v=-nBd-swUQgs).

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